Construir del despojo
por Inger Pedreáñez
El instante muere permanentemente, y esa pulsión es la que un fotógrafo persigue en cada toma que realiza. En el caso del fotógrafo venezolano Vasco Szinetar esa muerte se disfraza en los rostros de sus personajes, para transformarla en testimonio.
Su serie más conocida, “Frente al espejo”, que seguramente sigue inconclusa, es realmente un mirada de sí mismo y de su atrevimiento al convencer a famosas figuras de acompañarlo hasta el baño para retratarse con ellos. Un encuentro efímero, pero en donde su objetivo fotográfico hace parte de esa imagen porque también se observa y presiente el resultado del disparo de la cámara.
Sí, la cámara dispara y al final yace una foto, así lo entiende Vasco Szinetar, quien vuelve a tomar la palabra para reinventar el retrato. Su más reciente exposición “Deconstrucción Salvaje”, en la Galería Tresy3, regresa literalmente a las huellas y despojos de sus fotografías para –cual ave fénix- darles una nueva vida.

Todo cambio es una muerte, y el desmontaje de una exposición es parte de esos finales que tienden a desaparecer. Las piezas que se desprendían de las paredes adquirieron arrugas propias y grietas que sugirieron a Szinetar la apropiación de su misma obra para hacer una nueva. “Persigo la realidad, desde el mundo íntimo y familiar”, sostiene el fotógrafo, y actualmente esa intimidad está en la foto que va decantándose en otra, a partir de una mirada diferente.
“Vengo trabajando el tema de las apropiaciones, he estado investigando mucho a Josef Koudelca (quien construye la imagen como metáfora de la pérdida), a Nicholas Nixon (famoso por sus retratos a las hermanas Brown), a Luis González Palma (quien trabaja el dolor desde la mirada). Los fotógrafos tienen que entender que son parte de una tradición, y esta es una forma de apropiación”, Vasco lo dice con cara de asombro, como si estuviera descubriendo en ese momento las oportunidades que se le abren en su nuevo proyecto.

El origen de algo nuevo
Una breve ausencia de Venezuela le permitió a Szinetar el tiempo para reflexionar sobre el deterioro de los espacios y del cuerpo mismo. La serie “Decolorados”, las fotografías del paisaje ausente de la ciudad, e incluso reconocer sus arrugas como parte de la belleza inmanente le permitieron acumular fotografías que le abrieron paso a exposiciones como “Cuerpo de exilio”, “El ojo en vilo” y “Caracas postcards, últimos apuntes”, que han recorrido salas nacionales e internacionales, como la Sala Mendoza, La Caja en el Centro Cultural Chacao y la Galería Spazio Zero (en Venezuela), así como ferias en Bogotá y Medellín, en Colombia, entre las más recientes.
La exposición “Deconstrucción Salvaje” que estará abierta al público hasta el 30 de junio, en la Galería Tresy3, reinventa las huellas de su pasado fotográfico. Su línea de trabajo en el proceso creativo actual está basado en las apropiaciones, ¿y qué no mejor opción que apropiarse de sí mismo?
De las arrugas del cuerpo, pasó a los pliegos del papel como evidencia de la descomposición y el deterioro. Los personajes públicos dejan de serlo, irreconocibles entre las ondas que dibujan otro significado a la imagen preexistente. Ya el retrato no habla del personaje sino de una situación dolorosa que estruja en el inconsciente del espectador una nueva historia.
(Pulsar en una imagen para dar inicio a la galería de fotos)















Inger Pedreáñez es periodista (UCV), fotógrafa, poeta. Profesora de periodismo en la Universidad Católica Andrés Bello. Dedicada al periodismo corporativo por más de 25 años. IG: @ingervpr.