por Inger Pedreáñez
El mismo año que Leonardo Da Vinci realizó “El Hombre del Vitruvio”, un comerciante y astrónomo de nombre Martin Behaim construía el primer globo terráqueo, que aún se conserva en el museo de Nuremberg, y Cristóbal Colón llegaba a América. Si bien estos tres hechos no guardan relación directa entre sí, salvo el año 1492, permiten hacer un paralelismo entre la gran fuerza creativa de un genio de todos los tiempos, un invento que cambió paradigmas, y la visión de un explorador que acabó con lo desconocido para unir civilizaciones diferentes. Son tres hitos que hoy día permiten conectar continentes.

Retrato de leonardo por Francesco Melzi
Esa ventaja gestada en el Renacimiento, ahora se materializa en innumerables eventos que pueden ser compartidos gracias a la globalización. Es así, como desde una ciudad de América Latina, como Caracas o cualquier otra, se puede acceder virtualmente a una parte de la exposición retrospectiva que el Museo del Louvre ofrece actualmente para conmemorar los 500 años del fallecimiento de Leonardo da Vinci (1452-1519).
Esta exposición en Francia es la más completa que se ha realizado del autor de “La Gioconda”, con 162 piezas que fueron seleccionadas (pinturas, dibujos, manuscritos, esculturas, objetos de arte), no sólo de la colección permanente del Louvre, sino también de colecciones públicas y privadas en el resto de Europa y Estados Unidos. Le tomó diez años preparar esta exposición a sus comisarios, responsable del Departamento de Grabados y Dibujos del Louvre, Louis Frank, y el jefe departamento de Pinturas, Vincent Delieuvin.

Leonardo da Vinci, Mona Lisa
En la fase de investigación, a Louis Frank le correspondió traducir una biografía del polimata florentino de la época del Renacimiento, que trazó la hoja de ruta para que se dispusieran las obras en el Louvre’s Hall Napoleón (debajo de la pirámide). A los cinco cuadros de la colección del Louvre, a excepción de la Mona Lisa, que permanecerá en la sala especial que tiene reservada, se incorporaron otros seis de un total de veinte que son atribuidos al artista. También se seleccionaron dibujos, sanguinas, manuscritos, esculturas y lienzos de coetáneos de Leonardo. Los préstamos más negociados fueron con el gobierno de Italia, que finalmente accedió a que se trasladaran cinco obras, a través de un convenio firmado entre los ministros de Cultura de Francia e Italia respectivamente, Franck Riester y Dario Franceschini.

Leonardo da Vinci, Madonna of the Carnation
“El Hombre del Vitruvio”, que describe desde la geometría la anatomía humana, fue justamente una de las piezas que estuvieron en litigio. La obra proviene de la Galería de la Academia de Venecia. Las otras son Estudio de paisaje, y dos Estudios de paneggio. Como contraprestación, el Louvre también prestará obras de Rafael para una exposición que abrirá en el palacio del Quirinal de Roma, el año entrante.

Leonardo da Vinci, Uomo Vitruviano
Otros museos italianos estuvieron dispuestos a colaborar en la retrospectiva, entre ellos la Galleria degli Uffizi de Florencia, que guarda en su patrimonio la primera pintura inacabada de Da Vinci, “La adoración de los magos”, encargado por los monjes agustinos de San Donato de Scopeto. La presencia de esta pieza en la muestra adquiere más valor cuando se conoce que estuvo en restauración durante cinco años, desde 2011. “Esta obra tiene un drama extraordinario, el nacimiento del salvador emerge en medio de una turba oscura”, describe Louis Frank, en una de las conferencias dictadas en el marco de la exposición. Las copias de la Leda y de la Batalla de Anghiari también provienen del palacio de los Uffizi.

onardo da Vinci, Adorazione dei Magi
Pero también se logró traer desde el Museo Vaticano el “San Jerónimo penitente” y “Retrato de un músico”, mientras que desde el Hermitage en San Petesburgo, Rusia, viajaron un cuadro de San Juan y “Benois Madonna”. Hasta la Reina Isabel II de Inglaterra cedió 24 dibujos de su colección real. El British Museum y Bill y Melinda Gates fueron otros colaboradores para ampliar la muestra.

Leonardo da Vinci, Benois Madonna
El sfumatto
La ciencia y el arte nunca estuvieron tan unidos como en las creaciones de Leonardo da Vinci. Se interesó en la física, estudió los principios de la mecánica, se obsesionó con la anatomía (en 1506, un anciano moribundo le permitió seccionar su cuerpo después de morir y así reprodujo en dibujo los órganos, cuando le prohibieron diseccionar cadáveres humanos siguió analizando el interior de los animales), geólogo, matemático, inventor, arquitecto, ingeniero; diseñador de las más diversas máquinas, entre ellas el Helix Pteron, el antecesor del helicóptero; y reprodujo mecánicamente el vuelo de las aves (las compraba enjauladas en los mercados, para luego liberarlas y estudiar su vuelo).

Leonardo da Vinci, del Códex de las aves
Dejó más de 6.000 páginas manuscritas de aportes científicos, algunos con la excentricidad de haber sido escritos al revés, sólo legibles a través de un espejo. En los textos de presentación del Louvre, hasta lo mencionan como un buen organizador de fiestas y banquetes y aficionado a los acertijos. Pero entre todo esto, es su huella como pintor el leiv motiv del recorrido expositivo, a pesar de que sean tan pocas las obras del artista toscano.

Leonardo da Vinci, Salvator Mundi
“Necesitábamos entender quién era Leonardo da Vinci y cómo concebía su obra. Había que volver a los fundamentos y crear una base historiográfica. La finalidad era regresar a la idea de que Da Vinci fue, antes que nada, pintor”, dijo durante una rueda de prensa, el responsable de artes gráficas del Louvre, Louis Frank. Por su parte, Vincent Delieuvin, destaca que esta exposición le permitirá al público entender cómo construyó sus pinturas sobre la ciencia y cómo se convirtió en el mejor pintor de todos los tiempos por su exigencia en la perfección. “Pintó poco para pintar perfectamente”, concluyó.

Leonardo da Vinci, La dama del armiño
El secreto de su obra pictórica radica en el uso de la luz y la sombra como ninguno, para difuminar las siluetas. Comprendió que lo inacabado le daba un aspecto realista, como si figuras y objetos se perdieran en la penumbra. Curiosamente, esos trazos sutiles como neblina que se desvanece, es lo que le da la vibración a la forma, y es el estilo que le dio personalidad artística a Leonardo, en una técnica que se conoció como el esfumado o sfumatto.

Leonardo da Vinci (attrib), la Belle Ferroniere
En una reseña de AFP publicada por El Espectador, Vicent Delieuvin recalca que “una de sus grandes conquistas (de Leonardo) es la de haberle abierto los ojos a sus contemporáneos sobre la potencia que puede tener lo inacabado. Él aporta una cesura en la obsesión por la forma acabada. Si fuéramos poetas, podríamos decir que él abre una gran vía que conducirá a la abstracción en el siglo XX”.

Leonardo da Vinci, Virgen de las rocas. Museo del Louvre.
En conferencias grabadas disponibles en la página del Louvre, el experto Louis Frank explica que “fue la ciencia misma la que le dio al artista la libertad de dominar la sombra, la luz, el espacio y el movimiento. En su pintura, la turbulencia dio paso a la fusión de formas y la erradicación de los límites. La libertad adquirida a través del conocimiento de la naturaleza elevó la pintura al estado de una ciencia divina capaz de recrear el mundo y, lo más importante, transmitir movimiento: la esencia de la vida y la característica definitoria de cada criatura viviente”. El mismo curador afirma en una nota de Esquire que para Da Vinci “la pintura está por encima de todo y la considera la reina de las ciencias”.

Leonardo da Vinci, Virgen y el niño con Santa Ana
.Fue durante los años de investigación científica que Leonardo pintó la Última Cena, Santa Ana, la Mona Lisa, La Batalla de Anghiari, Salvator Mundi y San Juan Bautista. Este período vio los albores de la grandeza del arte renacentista.

Leonardo da Vinci, San Juan Bautista
La maestría de Leonardo se revela en una leyenda que asegura que su tutor, el veneciano Andrea del Verrocchio, de quien aprendió el arte del detalle, optó por dejar de pintar cuando descubrió que su discípulo intervenía uno de sus cuadros, “Bautismo de Cristo”, con un hermoso ángel, y que desde entonces abandonó los pinceles y sólo se dedicó a realizar esculturas.
El Museo de Louvre permitirá un número limitado de visitas por día, razón por la cual es importante reservar las entradas con anticipación. Nada más por contemplar a la Mona Lisa, las autoridades estiman que acude un promedio de 20.000 personas. El objetivo de la venta anticipada es evitar el congestionamiento en la sala. La cuenta de entradas adquiridas se escapa más allá de los 200.000 tickets, y el total vendido no se sabrá hasta que se cierre el acceso el 24 de febrero de 2020.































Inger Pedreáñez es periodista (UCV), fotógrafa, poeta. Profesora de periodismo en la Universidad Católica Andrés Bello. Dedicada al periodismo corporativo por más de 25 años. IG: @ingervpr.
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